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Jueves, 5 de septiembre de 2019
Desde el 2003, la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, en Colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha promovido cada 10 de septiembre el Día Mundial para la Prevención del Suicidio.
Este año el lema escogido es “Trabajando juntos para la Prevención del suicidio”.
Desde la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP) queremos difundir la celebración de esta Jornada, ya que consideramos que la prevención del suicidio sigue siendo un desafío universal. Cada año, el suicidio se encuentra entre las 20 principales causas de muerte a nivel mundial para personas de todas las edades. Es responsable de más de 800.000 muertes, lo que equivale a un suicidio cada 40 segundos. En España se suicidan 10 personas cada día, lo que supone más del doble de muertes que los accidentes de tráfico, 13 veces más que los homicidios y 67 veces más que la violencia de género. Es la primera causa absoluta de muerte entre varones de 15 a 29 años y la segunda, después de los tumores, en mujeres de esas edades. El mayor número de suicidios en ambos sexos se produce entre los 40 y los 49 años.
El riesgo aumenta con la edad, sobre todo en varones. Cada vida perdida representa al compañero, hijo, padre, amigo o colega de alguien. Por cada suicidio, aproximadamente 135 personas sufren un dolor intenso o se ven afectadas de alguna manera. Por lo que podemos inducir que el suicidio no pone fin al sufrimiento, sino que inicia un ciclo devastador en cuanto al número de personas afectadas y la duración prolongada de su malestar psíquico, esto equivale a 108 millones de personas al año que están profundamente afectadas por la conducta suicida. La conducta suicida incluye el suicidio y también incluye la ideación suicida y los intentos de suicidio. Por cada suicidio, 25 personas hacen un intento de suicidio y muchos más tienen ideación suicida.
La conducta suicida es el resultado de una convergencia de factores de riesgo tanto genéticos, psicológicos, sociales, culturales y estresantes; a veces combinados con experiencias de trauma y pérdida. Las personas que se quitan la vida representan un grupo heterogéneo, con influencias causales únicas para cada caso, complejas y multifacéticas que preceden a su acto final. Tal heterogeneidad presenta desafíos para los expertos en prevención del suicidio. Estos desafíos se pueden superar adoptando un enfoque multidisciplinar y cohesionado para su prevención. La identificación temprana y el manejo eficaz son fundamentales para conseguir que las personas reciban la atención que precisan.
Prevenir el suicidio con frecuencia es posible y todos nosotros debemos ser un elemento clave en su prevención. Hay muchas cosas que cada uno puede hacer todos los días, y también en el Día Mundial de Prevención del Suicidio (DMPS), para prevenir la conducta suicida. Puede concienciarse sobre el tema, formarse usted y a los demás sobre las causas del suicidio y sus señales de alerta, mostrar compasión y cuidado a quienes se encuentran en peligro en su comunidad, cuestionar el estigma asociado con el suicidio, la conducta suicida y los problemas de salud mental y compartiendo sus propias experiencias.
El suicidio puede prevenirse con responsables campañas informativas en los medios y personal sanitario, identificación y tratamiento precoz del suicidio y de las enfermedades y situaciones que lo predisponen y reducción en el acceso de los medios empleados. A nivel personal, erradicar la falsa creencia el pensar que quien dice que se va a suicidar, no lo hará. Si escucha alguna persona comentar una ideación suicida, escúchelo con empatía, sin charlas moralizantes y anímele a acudir a su médico.
El suicidio no es una elección, ya que está mediatizado por múltiples contingencias reconducibles, ni mucho menos la mejor de las opciones.
ASEPP
Dr. Luís Miguel Segovia López
Dr. Josep Ramon Domènech Bisen