Un nuevo y extenso informe sobre las consecuencias del acoso escolar (también llamado bullying, en inglés) elaborado por las Academias Nacionales de Ciencias, Ingenierías y Medicina (NAS) indica que las políticas de “tolerancia cero”, el castigo y expulsión de los acosadores, no sólo no funcionan sino que pueden ser contraproducentes.

El documento, titulado “Prevenir el acoso con la ciencia, la política y la práctica”, proporciona un repaso a la evidencia científica sobre los efectos dañinos d este fenómeno y una “hoja de ruta” sobre cómo prevenirlo y reducir su impacto en la salud de los niños.

Los estudios publicados al respecto sugieren que los programas más eficaces son los que incluyen diferentes tipos de intervenciones, y que combinan la educación en habilidades sociales y emocionales para todos los estudiantes junto a medidas de protección para los estudiantes en situación de riesgo.

Los programas escolares que implican a todos los estudiantes al margen de su situación de riesgo (de convertirse en acosadores o de ser acosados), parecen tener “beneficios modestos”, indica el comité que ha elaborado el informe.

Por otro lado, las políticas de tolerancia cero pueden hacer que no se informe de incidentes de esta naturaleza, ya que las consecuencias se perciben como demasiado duras, advierten los autores. De hecho, recomiendan que este tipo de medidas se interrumpan.

Además, se recomienda a los grupos de prevención que colaboren en una definición consistente de las conductas que se consideran “acoso”.

Respecto al ciberacoso, se solicita a las empresas propietarias de medios sociales que adopten políticas preventivas, de identificación y respuesta a este tipo de comportamiento, y que las publiquen en sus páginas de internet.